[Patrocinado] Cada vez son más los vehículos eléctricos que llegan al mercado con el propósito de lograr los objetivos de la Unión Europea de reducir las emisiones de CO2 en un 55% hasta 2030. Su aparición ha intensificado las exigencias de la red eléctrica de baja tensión del automóvil, y está redefiniendo el papel de la batería de 12V. El aumento del número de dispositivos eléctricos y electrónicos a bordo (en gran parte para incrementar el nivel de autonomía de los vehículos) ha llevado a la batería de 12V a convertirse en un componente indispensable que proporciona seguridad y apoyo a la conducción.
La batería de ión-litio de alto voltaje de un coche eléctrico (el componente más caro a día de hoy) alimenta el tren motriz y el sistema de propulsión, pero no proporciona energía al resto del vehículo ni a su red eléctrica. El sistema interno de la red eléctrica de 12V, con sus elementos de seguridad, eficiencia y confort, se alimenta de una batería de plomo-ácido de 12V. Funciona como una segunda fuente de energía para el sistema eléctrico del vehículo y garantiza que el coche mantenga su funcionalidad mientras se conduce, pero también cuando está aparcado y la batería de alto voltaje está desconectada del tren motriz. Las funciones de confort y seguridad, como el asistente de carril, el asistente frontal o la protección proactiva de los ocupantes, se gestionan a través de sistemas inteligentes que también se alimentan del sistema de red de 12V. Lo mismo ocurre con la mayoría de las funciones de vigilancia del coche, que se manejan mediante sistemas de control automáticos. Esto, a su vez, aumenta la necesidad de una fuente de alimentación fiable y de alto rendimiento.
La tecnología de ión-litio suele considerarse la sucesora de la tecnología de plomo-ácido en lo que respecta a las baterías. Sin embargo, no es tan robusta como otras tecnologías de baterías y requiere una supervisión continua por parte del sistema de gestión de la batería.
Las baterías de plomo-ácido son conocidas por su fiabilidad y su eficiencia. El historial de seguridad de las baterías de plomo-ácido también las hace muy valiosas para el futuro de la movilidad con bajas emisiones en Europa. El análisis del impacto medioambiental de un vehículo muestra que el plomo-ácido tiene un impacto menor en comparación con otras tecnologías. «En general, se puede afirmar que las ventajas de la tecnología de plomo-ácido serán importantes para satisfacer las crecientes expectativas de los consumidores en cuanto a seguridad, confort y conectividad», afirma el Dr. Christian Rosenkranz, Vicepresidente de Relaciones Industriales y Gubernamentales para EMEA de Clarios.
Y, dentro de las baterías de 12V, la tecnología AGM es la idónea para abastecer las necesidades energéticas de los vehículos Start-Stop, híbridos y eléctricos. Las baterías con tecnología AGM (Absorbent Glass Mat) absorben el ácido en su separador de fibra de vidrio, lo retienen y lo inmovilizan, lo que proporciona una elevada resistencia a los ciclos. Esto hace que la batería se pueda cargar y descargar una y otra vez sin que ello afecte al rendimiento.
VARTA ha desarrollado, en colaboración con los principales fabricantes de vehículos, las baterías Silver Dynamic AGM, que ofrecen un nivel extraordinario de fiabilidad, durabilidad y seguridad, incluso para las aplicaciones más exigentes.
Estas baterías permiten afrontar condiciones de alta descarga para recuperarse (recargarse) en condiciones de baja carga, lo que garantiza un funcionamiento fiable. También pueden utilizarse incluso cuando solo tiene carga parcial, sin que ello afecte a la vida útil de la batería; por eso son idóneas para la realización de recorridos cortos. Su alta resistencia a las temperaturas extremas proporciona fiabilidad en la conducción para cualquier época del año.
Conoce más sobre la tecnología AGM de VARTA en el VARTA Partner Portal.
